Los cambios de estación pueden provocar algunos trastornos físicos o mentales. En otoño, por ejemplo, las temperaturas caen, la humedad aumenta en el ambiente, la presión atmosférica baja, los días se van haciendo cada vez más cortos… Todo esto termina influyendo no solo en nuestro sistema inmunitario, nuestro metabolismo y, por supuesto, en nuestro estado de ánimo.
Algunos de los problemas de salud más frecuentes en esta época del año son los siguientes:
- Gripe y resfriados: los virus son más resistentes en los ambientes fríos y las casas y las aulas están menos ventiladas, lo que provoca que se acumulen los gérmenes. Es por eso que en el otoño aumentan las gripes y los resfriados. Además, nuestro sistema inmunitario está menos alerta debido a que hay menos horas con luz solar y por los cambios bruscos de temperatura. Para solucionar este problemas, se debe ventilar muy bien las casas, lavar la frecuentemente la ropa de cama, evitar los cambios de temperatura, intentar tomar el sol cada día y llevar una dieta saludable, rica en vegetales, proteínas y grasas.
- Dermatitis atópica: se trata de una patología muy sensible a los cambios de temperatura. Es por eso que suele empeorar en primavera y en otoño, cuando pueden producirse brotes agudos. Estos provocan una sequedad muy intensa en la piel y fuertes picores. Para tratarla se pueden emplear lociones hidratantes y tratamientos médicos, basados en corticoides e inmunomoduladores.
- Asma. Según datos que maneja la Sociedad Española de Inmunología Clínica y Alergia Pediátrica (SEICAP), tanto los cambios de humedad como de temperatura propios de esta época del año provocan un incremento de los casos de ataque de asma que acuden a Urgencias. Asimismo, hay mayor riesgo de ataques de asma en otoño por el aumento de esporas del moho, el frío y las infecciones virales y alergias, que sensibilizan las vías aéreas. Además, se debe tener en cuenta que suspender la medicación preventiva del asma durante el verano, por la ausencia de síntomas, puede provocar un aumento de los ataques de asma en otoño.
- Astenia otoñal. Se trata de un conjunto de síntomas que se manifiestan como consecuencia de las dificultades en la adaptación a la disminución de las horas de sol. Tristeza, cansancio, apatía o irritabilidad son algunos de ellos..
- Deficiencia de vitamina D. La luz solar es la principal fuente de la que disponemos para conseguir la vitamina D. Su falta puede provocar problemas en el ánimo, en el sistema inmunitario, relacionados con la artrosis… Comer alimentos que contengan colesterol: grasas animales, aguacates, plátanos, huevos…, y exponerse al sol durante 20 minutos al día es la solución.