El ejercicio físico es sumamente importante para las personas mayores. No en vano, para la Organización Mundial de la Salud es crucial para prevenir problemas cardiorrespiratorios y en el sistema muscular, así como para mejorar la salud funcional y de los huesos, luchar contra ciertas enfermedades como la diabetes o la hipertensión y, no menos importante, combatir la soledad.
La OMS recomienda que las personas mayores realicen alrededor de 150 minutos a la semana de actividad moderada o 75 minutos de actividad intensa para hacer frente a los cambios que tienen lugar en el cuerpo provocados por la edad. Así, por ejemplo, se reduce la densidad ósea, de manera que los huesos se vuelven más frágiles; se pierde masa muscular, y con ella fuerza y resistencia; las articulaciones se vuelven más rígidas, perdiéndose parte de la flexibilidad.
Por todo ello, los profesionales del Área Sanitaria Norte de Córdoba animamos a todas las personas mayores a realizar una buena práctica deportiva, que les puede reportar todos estos beneficios:
- Reducir la posibilidad de sufrir enfermedades cardíacas.
- Mejorar el metabolismo.
- Rebajar la grasa corporal y mantener un peso correcto.
- Reducir la posibilidad de desarrollar diabetes tipo 2.
- Controlar el colesterol.
- Reformar el sistema inmune.
- Fomentar la liberación de endorfinas.
- Reducir la posibilidad de sufrir depresión y/o ansiedad.
- Mejorar la salud mental.
- Mejorar la autoestima.
- Prevenir el deterioro cognitivo.
- Reducir la posibilidad de sufrir demencias como el Alzheimer.
- Reducir el riesgo de caídas y de sufrir dolores musculares.
Antes de comenzar a desarrollar y mantener una buena rutina de ejercicios, las personas mayores deben consultar con su médicos y otros especialistas de la práctica deportiva cuáles son las actividades más adecuadas, según su estado de salud. Esto es especialmente relevante, en el caso de sufrir problemas cardiovasculares.
En general, se recomienda realizar actividades aeróbicas, ejercicios de fuerza, ejercicios de calentamiento, que evitan lesiones y aumentan la flexibilidad, y ejercicios de equilibrio. Y, por supuesto, combinar todos ellos con una alimentación saludable, en la que siempre primen frutas y verduras.