Aunque todavía existen algunos recelos, lo cierto es que hacer ejercicio físico durante el embarazo no sólo es seguro, sino que es recomendable por los beneficios que conlleva tanto para la madre como para el bebé.
Cuando no hay complicaciones ni contraindicaciones médicas, se aconseja a las mujeres embarazadas realizar alrededor de 30 minutos de actividad física al menos tres veces a la semana. Con ello se conseguirá, por ejemplo, que los bebés tengan una frecuencia cardíaca más estable, incluso después de nacer.
Además, si una mujer lleva este estilo de vida activo durante la gestación es probable que lo mantenga más allá de dar a luz y que sus hijos e hijas sean también activos.
Algunos de los beneficios del deporte durante el embarazo son:
- Aliviar el dolor de espalda y mejorar los problemas de postura y el estreñimiento típico de esta etapa.
- Mejorar la capacidad cardiorrespiratoria de la madre y el bebé.
- Reducir el riesgo de diabetes gestacional.
- Fortalecer el sistema cardiovascular.
- Mejorar el sueño.
- Ayudar con el esfuerzo del parto.
Por todo ello, las mujeres con embarazos sin complicaciones deben realizar ejercicios aeróbicos y de fuerza, antes, durante y después del embarazo. Caminar, nadar, bicicleta estática, yoga y pilates adaptados, tenis o entrenamientos de fuerza son altamente recomendables. Por el contrario, se deben evitar algunas disciplinas, como actividades con alto riesgo de caída, el buceo, el esquí acuático o el bikram yoga (yoga a 40 grados de temperatura).