«Tarde de verano; para mí estas han sido siempre las dos palabras más hermosas en mi lengua», escribió el autor Henry James. Y es que, sin duda, la época estival es propicia para el disfrute, para realizar actividades al aire libre y para multiplicar el tiempo de ocio. Apetecible, ¿verdad? Pues si tenemos en cuenta estos 10 consejos estamos seguro de que ningún percance de salud nos lo empañará.
1. Haz bien el equipaje. Si vas a viajar, no olvides meter en la maleta un buen fotoprotector de factor 50, gafas y un buen gorro para protegerte de los rayos de sol, calzado cómodo y un botiquín básico: kit para heridas o ampollas, analgésicos y antiinflamatorios, protectores de estómago, repelentes de insectos, pomadas analgésicas para pequeños golpes, laxantes y antidiarreicos y pastillas para el mareo.
2. ¡Muévete! Hacer ejercicio tiene tantos beneficios que no es recomendable prescindir de él nunca. Además, en verano podemos probar nuevos deportes acuáticos, como el aqua yoga.
3. Basa tu dieta en frutas y verduras. También durante esta época las frutas y las verduras deben ser la base de nuestra alimentación. Están riquísimas y su fibra te ayudará a prevenir el estreñimiento que suele acompañar los viajes lejos de casa. Además, sin sandía y sin gazpacho no parece verano. .
4. Extrema las precauciones con los más pequeños. Los niños y niñas son especialmente vulnerables a las quemaduras solares. Siempre les debemos aplicar cremas protectoras con un factor de protección superior a 50 SPF y no debemos olvidar reaplícarsela frecuentemente. Tampoco que un buen sombrero y unas gafas de sol son los aliados perfectos cuando están expuestos directamente al sol. Por último, la hidratación. Deben beber agua a menudo y evitar los refrescos azucarados.
5. Prevén el golpe de calor. Hay que protegerse de las altas temperaturas, mediante la hidratación, cubriéndonos la cabeza con gorros y sombreros, evitando la exposición al sol durante las horas centrales del día… Si no hacemos corremos el riesgo de sufrir un golpe de calor. Cuando una persona está afectada por uno, debemos trasladarla a la sombra, tumbarla con la espalda recta y las piernas levantadas para favorecer la circulación, tratar de bajar la temperatura con paños húmedos. Y, por supuesto, llamar cuanto antes a los servicios médicos.
6. Mantén alejados a los insectos. Los aromas intensos atraen la atención de los mosquitos. Es mejor evitarlos. En zonas problemáticas también debemos utilizar repelentes, mosquiteras y ropas que nos cubran toda la piel.
7. Protege tus oídos. Los chapuzones en la playa o la piscina son, sin duda, una de las mejores diversiones del verano. Sin embargo, la humedad propicia que gérmenes y bacterias provoquen infecciones en nuestros oídos. La otitis, que produce una inflamación del conducto auditivo y que afecta tanto a niños como a adultos, es frecuente en estos meses. Para prevenirla podemos utilizar tapones protectores de material flexible, ligero e hipoalergénico para mantener los oídos secos.
8. Vigila el aire acondicionado. 24 grados. Ni más ni menos. Esa es la temperatura que recomiendan los expertos para el aire acondicionado. Además, debemos no exponernos directamente a la salida del aire para prevenir crisis de asma, tos, neumonía y otras infecciones respiratoria.
9. Bebe agua. Más Permanecer correctamente hidratado o hidratada te ayudará a hacer frente al calor y a evitar los problemas intestinales. Recuerda que lo ideal es beber como mínimo dos litros de agua cada día. En algunos países, es preferible tomar agua embotellada y evitar los hielos.
10. Mantén a raya el jet-lag. Si vas a llegar temprano a tu lejano destino, intenta dormir lo máximo posible durante el vuelo. Si vas a llegar por la noche, intenta acostarte cuando antes. Así evitarás la somnolencia o el insomnio.