Consumir productos de temporada y de proximidad nos permite aprovechar al máximos sus propiedades nutricionales y disfrutar de un sabor único. Estos días se nota en las fruterías y verdulerías que la sandías, las berenjenas, las cerezas y las judías, entre otras muchas, van dejando paso a nuevos alimentos que tienen su esplendor en la temporada de otoño.
En esta estación los días son más cortos, más fríos lluviosos, tres condiciones que influyen en los alimentos que tomamos. Algunos, deliciosos y saludables, son lo siguientes:
Boniatos: tiene un sabor dulce y un alto contenido en vitamina A, E, C, ácido fólico, sodio y potasio. Puedes probarla cortada en tiras y aliñada con especias al horno, en cremas de verduras, como complemento en los guisos de carne o pescado e, incluso, en tortilla, con o sin cebolla.
Calabazas: esta hortaliza digestiva está repleta de nutrientes, como calcio, vitamina C, potasio y ácido fólico, entre otros muchos. Sus semillas son, además, ricas en zinc y magnesio, entre otros minerales. Está deliciosa en sopas, pasteles, confituras, rehogada y gratinada. Eso sí, se recomienda no cocerla más de 20 minutos para que no pierda sus valiosas propiedades.
Castañas: es uno de los frutos secos con menor valor calórico (alrededor de 150 kcal por cada 100 gramos), tiene menos grasa y un contenido valioso en agua y nutrientes como el potasio y los folatos. Contiene una alta cantidad de hidratos de carbono, lo que las convierte en las aliadas perfectas de las personas deportistas. Se pueden comer hervidas, asadas, en puré y como ingrediente estrella en dulces y bizcochos.
Granadas: sus flavonoides tienen acción antioxidante y antiséptica y sus taninos le otorgan propiedades astringentes y antiinflamatorias en el sistema digestivo. Sus granos complementan cualquier ensalada, aunque también le dan un toque delicioso a diferentes guisos. Son ideales también en zumo.
Manzanas: sus propiedades nutricionales son incuestionables, gracias a los flavonoides y la quercitina. Además, comerla a bocados cuida la salud bucal y es una gran aliada contra la retención de líquidos. En su piel está concentrada la fibra que contiene. Si no la pelas, hay que lavarlas de manera minuciosa.
Setas: su aporte calórico es muy pequeño. Sin embargo, son alimentos muy saciantes, que quedan deliciosos en recetas sencillas y poco condimentadas. También puedes probarlas en tortilla o en la masa de las croquetas.
Uvas: tienen una acción antioxidante muy potente, gracias a su alto contenido en antocianos, taninos y flavonoides. Además, contienen ácido fólico y vitamina B6. En su versión deshidratada, pasas, quedan perfectas como complemento a un yogur.