El 29 de octubre se conmemoró el Día Mundial del Ictus, una enfermedad cuya prevención es clave y que, en los últimos años, ha sido protagonista de muchas campañas para concienciar a la ciudadanía de qué hacer en caso de sufrir un ictus. Nosotros queremos profundizar más en este tema, y para ofreceros la mayor información posible, hemos hablado con Elisa Lopera Lopera, directora de la Unidad de Gestión Clínica de Cuidados Críticos y Urgencias y responsable del Proceso ICTUS del Área Sanitaria Norte de Córdoba.

P: En primer lugar, ¿qué es un ictus?

R: El ictus se define como la falta de riego sanguíneo al cerebro, generalmente por un proceso de trombosis en una de las arterias cerebrales, también es conocido como “trombosis cerebral”, “ataque cerebral” o “congestión cerebral”. Es una situación similar al infarto de miocardio que ocurre en el corazón. En España el ataque cerebrovascular (ACV) constituye la primera causa de muerte en la mujer y la segunda en los varones. Así mismo es la primera causa de secuelas neurológicas permanentes para ambos sexos.

En la actualidad el ictus es considerado como una emergencia médica, una emergencia tiempo dependiente, por ello se hace necesario que todos los pacientes con sospecha de ACV sean evaluados en las primeras horas desde el comienzo de los síntomas, y reciban el tratamiento más idóneo para su situación clínica, con el objetivo de minimizar el daño neuronal.

Está comprobado que una de las principales claves para alcanzar el éxito en la atención al ictus, es la rapidez con la que se detectan los primeros síntomas y entran en acción los sistemas de emergencias médicas para poder iniciar de inmediato las medidas terapéuticas. La frase atribuida a Vladimir C. Hachinski, pionero de la Unidad de Ictus, “el tiempo es cerebro” refleja con claridad el hecho de estar ante una patología de identificación y tratamiento urgente.

Tras la implantación en la práctica clínica del tratamiento trombolítico se ha producido un cambio en los sistemas organizativos asistenciales, con la implantación del código ictus, con lo que la estrategia diagnóstica del ictus debe abordarse desde una doble vertiente bien diferenciada. Por un lado, el proceso diagnostico a realizar en las primeras horas, con el objeto de seleccionar a aquellos pacientes candidatos a terapia de reperfusión trombolítica, y por otra parte el diagnostico etiológico posterior, cuyo fin es elegir la mejor estrategia de prevención.

P: ¿Cómo puede saber una persona que va a sufrir un ictus o que puede ser propensa a ellos?

R: Es difícil saber cuándo va a sufrir un ictus, lo que existen son una serie de signos y síntomas que cuando aparecen se debe consultar de urgencias, al igual que hacemos con un dolor en el “pecho”, estos signos y síntomas son: pérdida de fuerza en un brazo o pierna, desviación de la comisura labial, dificultad para hablar (disartria). Existe una escala fácil de aplicar para cualquier persona, es la Escala de Cincinnati:

  1. Sonría. La sonrisa debe ser simétrica.
  2. Alce los brazos juntos con los ojos cerrados. Ambos deben subir.
  3. Diga su nombre o pronuncie una frase simple pero coherente.

Si la marca de la sonrisa es asimétrica, no puede levantar un brazo o le cuesta o no pueda hablar, entonces se debe consultar de urgencias.

P: ¿Cómo se aconseja a una persona actuar si es consciente de que va a sufrir un ictus?

R: Si una persona presenta cualquiera de los síntomas reflejados en la Escala de Cincinnati, debe llama a urgencias o acudir al centro sanitario más cercano con carácter urgente.  Pero, ¿por qué en la actualidad se considera el ictus una emergencia?

En pocas áreas de la medicina se han contemplado tantos avances en la prevención y tratamiento como en los ictus. La identificación de factores de riesgo y la posibilidad de modificarlos, el reconocimiento de los accidentes isquémicos transitorios como señales inequívocas de alarma de un inminente infarto cerebral, la precisión diagnóstica gracias al desarrollo de las técnicas de neuroimagen, el mejor conocimiento del área de penumbra isquémica cuya función es recuperable si se restablece el flujo sanguíneo en un plazo de tiempo determinado, haberse demostrado que una serie de medidas generales aplicadas en la fase aguda limitan la lesión y evitan complicaciones y el perfeccionamiento de intervenciones médicas y quirúrgicas con acción recanalizadora han certificado que es una tragedia previsible y en gran medida modificable, pero  existe una limitación importante en la fase aguda, el factor tiempo, desde el inicio de los síntomas hasta llegada a un hospital no debe superar las 3 horas, pues el margen para iniciar tratamiento  es de 4 horas y antes de aplicarlo es imprescindible realizar una serie de pruebas como analíticas y TAC craneal, pues el tratamiento dependerá de los resultados de  las mismas. La frase “el tiempo es cerebro”, define muy bien a esta patología

P: ¿Qué puede hacer una persona para evitar sufrir un ictus? ¿Qué consejos puede dar para la prevención?

R: Como en todas las enfermedades vasculares, lo más importante es controlar los factores de riesgo: control de tensión arterial, del colesterol, la diabetes, no fumar, evitar la obesidad, hacer ejercicio y una dieta saludable

P: ¿Cómo se enfrenta esta enfermedad desde el Área Sanitaria Norte de Córdoba? ¿Qué medidas se plantean para concienciar a la sociedad?

R: En el Área Sanitaria Norte de Córdoba se aborda el tema siguiendo un protocolo provincial de actuación ante el ictus, que contempla varios aspectos:

  1. Control de los factores de riesgo en las consultas de A. Primaria
  2. Actuación en la fase aguda, mediante la administración del tratamiento fibrinolitico, cuyo objetivo es disolver el trombo y restablecer la circulación en el cerebro afectado, esta terapia tiene unas indicaciones muy estrictas y el principal hándicap es el tiempo, de ahí la importancia de llamar ante cualquier de los sintamos antes mencionados
  3. Aplicar el tratamiento inicial en todos los casos, está demostrado que las medidas generales aplicadas precozmente influyen en el pronóstico de estos pacientes.
  4. Los pacientes una vez estabilizados ingresan en el Servicio de Medicina Interna.
  5. Y, por último, en algunos casos una vez aplicadas las primeras medidas en este centro el paciente es derivado debido a su complejidad al hospital de referencia Reina Sofía para aplicar otros procedimientos.

Dada la importancia del ictus existe un protocolo de actuación conjunto en toda la provincia de Córdoba.

Hasta aquí la parte de organización sanitaria y profesional, pero resulta evidente que ninguna de estas medidas será eficaz si no se acompaña de una concienciación de los ciudadanos acerca de este proceso, por ello, desde el ASNC nos planteamos implementar las medidas de formación, información y concienciación de los ciudadanos acerca del Ictus, que es, importancia de los factores de riesgo y cómo actuar ante una sospecha de un posible Ictus

P: ¿Cuántos enfermos con ictus se atienden en Área Sanitaria Norte de Córdoba al año?

R: En el ASNC se atienden unos 120 pacientes al año, cifras acorde con la media nacional de acuerdo con nuestra población, siendo el porcentaje de pacientes que reciben tratamiento con fibrinólisis entorno al 5%, también dentro de los estándares ajustado a nuestra población.

P: ¿Cómo es el seguimiento que se realiza a una persona que ha sufrido un ictus desde el Área Sanitaria Norte de Córdoba?

R: Los pacientes que sufren un ictus, tras recibir los primeros tratamientos en urgencias y a veces en UCI, son ingresados en la planta de Medicina Interna, donde se continua el tratamiento, se tratan los factores de riesgo y se inicia si procede el tratamiento rehabilitador.

P: En los últimos años ha habido numerosas campañas públicas para explicar a la sociedad qué es un ictus, ¿cree que los ciudadanos están ahora más concienciados que hace una década?

R: Afortunadamente cada vez se está más concienciado gracias a las múltiples campañas, pero nunca es suficiente, por eso desde el Área, como ya he mencionado, nos planteamos seguir con diferentes actividades dirigidas a la población

P: ¿Cómo se forma a los profesionales de la Sanidad Pública para atender enfermos que hayan sufrido un ictus?

R: La medicina es una ciencia viva y por tanto al igual que sucede en otros procesos, los profesionales estamos en constante formación, mediante cursos de formación específicos, asistencia a reuniones de consenso, congresos, etc…

P: En octubre se celebra el Día Mundial del Ictus, ¿le gustaría formular en voz alta algún deseo en cuanto al futuro de esta enfermedad y a los avances en los procesos de investigación en torno a ella?

R: Que la ciencia siga avanzando en pro de una mejor asistencia al ictus para que algún día estos pacientes queden sin secuelas, ese es uno de los grandes retos en medicina y es que el cerebro, es la parte más delicada del cuerpo humano y la más inteligente.

P: Para finalizar, ¿algún consejo para las familias de personas que hayan sufrido un ictus o tengan riesgo de sufrirlo?

R: Para aquellos que tengan riesgo de sufrirlo, que, ante cualquier síntoma indicativo de un posible ictus, llamen o acudan un servicio de urgencias de forma rápida, que recuerden la frase “el tiempo es cerebro” y como algo no menos importante control de los factores de riesgo, el objetivo debe ser no llega a tener un ictus

Para aquellos, que ya lo hayan tenido, importante la rehabilitación, seguir controlando los factores de riesgo y algo que no debemos olvidar, es fundamental el apoyo de la familia, son enfermedades con lenta recuperación y a veces por desgracia no se llega a la recuperación, con el consiguiente impacto en el enfermo, la familia y la sociedad en general, no olvidemos que el Ictus es la primera causa de discapacidad.

 

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